La noche del 18 de Agosto de 1947, en una Base de Defensa Marina, (conocida popularmente por el Depósito de Torpedos), situada en las inmediaciones del astillero y paradójicamente también construída por Echevarrieta, explotó, por causas todavia no muy bien aclaradas, un polvorín de minas marinas. Todo el barrio de San Severiano, en el extrarradio de la ciudad, quedó arrasado. Hubo 152 muertos y más de 5000 heridos. 2000 edificios fueron dañados de los cuales 500 quedaron destruidos. Esa noche quedó marcada en la memoria colectiva de la ciudad. Todo gaditano al referirse a ella la denomina simplemente La Explosión.
El Astillero, colindante casi con la Base Marina, fue de los más afectados, pero no hay mal que por bien no venga.
La Explosión trajo como consecuencia un cambio de rumbo en el devenir de los Astilleros. La situación por la que se atravesaba era muy complicada. Tenía problemas de todo tipo y la Explosión significó, a la postre, la solución de todos ellos.
En esa noche en el Astillero se encontraban tres barcos en construcción (“Juan de Austria”; “Almirante Lobo” ;”Ancud”) y dos en armamento ("Villafranca" y "Villanueva"). Todos ellos sufrieron serios daños. Las instalaciones del Astillero quedaron arrasadas. 27 trabajadores fallecieron. El hecho de que la explosión se produjera en un cambio de turno evitó un mayor número de muertos entre los trabajadores .
La destrucción de la factoría significaba dejar sin trabajo a las cerca de 2.500 personas que en ella trabajaban. En una ciudad como Cádiz, con practicante ninguna otra alternativa de trabajo, eso significaba un gravísimo problema social. Por ello, entre las peticiones de ayuda, una de las prioritarias fue la de solicitar la reconstrucción del Astillero.
Echevarrieta intentó por todos los medios salir adelante, pero agotados sus recursos no tuvo otro remedio que solicitar al Gobierno la incautación de la factoría. En Enero de 1951 se aprobó la intervención estatal del Astillero de manera provisional. La noticia de que el Estado se hacía cargo del Astillero fue recibida con alborozo en la ciudad. En Junio de 1952, el INI compró el Astillero a Echevarrieta, constituyendose una nueva sociedad con el nombre de “Astilleros de Cádiz”.