En Febrero de 1903, en solidaridad con los presos jerezanos encarcelados por los sucesos de La Mano Negra y con unos trabajadores de Reus para los que se pedía la pena de muerte, los trabajadores de astilleros secundaron masivamente la huelga general convocada para el día 10. La botadura prevista del “Pedro Luis Lacave” fue suspendida y la dirección del astillero cerró la factoría. En realidad la dirección aprovechó la huelga para cerrar el astillero ante la falta de trabajo que padecía. Tras la botadura suspendida no existía ningún encargo, ni parecía que pudiera llegar alguno pronto. Durante los días siguientes la prensa local publicó artículos llamando a la “sumisión” a los trabajadores de astilleros y pidiendo “generosidad” a la empresa para que reabriera las instalaciones. La reapertura se produjo, con la readmisión de 300 trabajadores para preparar la botadura del P. L. Lacave fijada para el día 28. La Sociedad de Hierros y Metales instigadora de la huelga fue clausurada y algunos obreros continuaron detenidos hasta finales de Marzo. Cuando se reabrió la Sociedad y los obreros fueron libertados el astillero estaba a punto de cerrar. Ante la situación extrema, de pura supervivencia, se constituyo una comisión obrera que apoyó las gestiones de los propietarios. El día 25 de Octubre de 1903 se convoco una gran manifestación por las calles de ciudad. De nada sirvieron las movilizaciones. El astillero permaneció cerrado durante 13 años. Algunos trabajadores buscaron acomodo en Matagorda o La Carraca, mientras que otros tuvieron que emigrar al Campo de Gibraltar donde se ofrecían nuevas oportunidades en los diques allí instalados.